Document Type

Article

Date of Original Version

2007

Abstract

Human migration and population growth, in concert with globalization trends, greatly affect the environment and conservation efforts. In the Americas, the movement of people, capital, goods, and services has caused different types of ecosystem change, including deforestation. Urbanization, a dominant trend in the Americas, is a two‐edged sword for conservation, moving human populations away from rural and protected areas, but also increasing per capita demand for energy, goods, and services. Migration to the forest frontier and the abandonment of marginal rural land present opposite but equally difficult ecological challenges. Projected climate change will also complicate both conservation and migration flows, particularly in developing countries with limited economic and technical capacity. However, better integration of ecological, demographic, and sociological data and theory can lead to the development of predictive models, which will help us to understand and project human migration patterns and their dynamic relationship with ecological change. This interdisciplinary work could lead to the successful development of long‐range conservation policy and interventions.

La migración humana y el crecimiento de la población, aunado a las tendencias de la globalización, afectan substancialmente al medioambiente y los esfuerzos de conservación. En el continente americano, el movimiento de personas, capital, bienes y servicios ha causado diferentes tipos de cambios en los ecosistemas, incluyendo deforestación. La urbanización, tendencia dominante en el continente americano, es un arma de dos filos para la conservación, ya que, por un lado, desplaza a las poblaciones humanas fuera de las áreas rurales y protegidas, pero por otro lado, incrementa la demanda de energía, bienes y servicios. La migración hacia zonas boscosas y el abandono de tierras rurales marginadas exponen retos ecológicos opuestos, pero igualmente difíciles. Además, el cambio climático previsto complicará los flujos migratorios y la conservación de los ecosistemas, particularmente en los países en desarrollo cuya capacidad económica y tecnológica es limitada. Sin embargo, una mejor integración de los datos y de las teorías ecológicas, demográficas y sociales, encaminarán a desarrollar modelos predictivos que ayudarán a entender y proyectar los patrones de migración humana y su relación dinámica con el cambio ecológico. Este trabajo interdisciplinario puede encaminarnos hacia el desarrollo de políticas e intervenciones de conservación exitosas.

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